Frase célebre aleatoria

domingo, febrero 12, 2012

Adicto


Una vez alguien me dijo -deberías conseguirte una adicción destructiva, para que sepas cómo se siente-. Tiempo después se me presentaría la opción de tomar el tópico de mis propias adicciones autodestructivas.

Así como en letras pasadas he expresado la sintomatología de un adicto a la atención, en mi caso particlar también, la adicción a los videojuegos.

Tal vez se derive de una personalidad tan torcida como la mía a ese tipo de adicciones. Como casi todo "friki" vivirá alguna vez en la vida, me volví adicto al internet.

Aunque suene raro, el vicio al internet es más común en países primermundistas (estamos en México, por tanto, no es tan común el problema). Personas que pasan en el cybermundo poco más de 8 horas al día. Y por sobre todo otro síntoma, la necesidad de una pantalla entre la persona y el mundo.

Ese poder de supuesto anonimato deja abierta la posibilidad a darle rienda suelta a situaciones como las que nacen por la curiosidad y/o el aburrimiento. Tal vez más que adicción al internet, es la adicción a la información ahí contenida y expresada.

Recuerdo todavía (a ratos deja de ser recuerdo) las horas que pasaba conectado a la red, tratando de hallar las respuestas a mis preguntas, posiblemente también a mis problemas. Han de saber que es inigualable la sensación de navegar en internet, siguiendo el camino trazado por un centenar de links.

Había días en los que cubría la depresión con fotografías de lolcats o imágenes de memes. Me volví adicto, (cliente frecuente) de las páginas de la familia de failblog y memebase. Si eso no fuese suficiente como para mantenerme ocupado el día entero, me volví seguidor o suscriptor de un sin número de canales de youtube.

¿Será acaso que los que permanecemos como prisioneros de algo en este mundo, anciamos con fervor la libertad que otorga la conexión a la nube?. ¿Qué es lo que vuelve tan atractiva a la red de redes?

Explicaré mi caso.

Gracias a la interfase que rpesenta en las relaciones humano-humano evitando el contacto físico, visual y hasta sonoro; me facilitó un inicio suave en la terapia de socialización que consideraba mi pseudochamánico tratamiento. Un mundo que me permitía expresarme, sin los miedos de que mi lenguaje corporal, el tono de voz, acentuación o cualquier otro factor me delatase o hiciera creer a mi interlocutor algo que en ningún momento me propuse expresar.

Esa facilidad de palabra que en persona (por miedo) se ocultaba, fluía libremente en el cyberespacio. Poco después surgió la necesidad de ser escuchado. La extraña necesidad de tener delimitado y personalizado "mi propio cachito de cielo". Así fue como nació mi afición por el blog. Una adicción más a incluir en mi larga lista de narcóticos http. Ahora, un espacio en la web con mi toque personal. Mi personalidad bañada en vivencias plasmadas en imágenes en la blogposfera o más bien en la blogoweb de la intersphere.

Una cosa me llevó a la otra y decidí iniciar otro blog. Dando un giro en una dirección distinta a la primera. Honestamente, no recuerdo exactamente la dirección del blog con la cual nació. Lo que recuerdo es que durante una gran parte del tiempo la dirección usual del blog fue http://xinidiscobol.blogspot.com.

Y así, con dos lotes en el mundo de lo virtual, tuve para entretenerme hasta el día de hoy. En el mundo cuya mayor cantidad de leyes utiliza para expresarse.

Al ser una persona semicienciosa y nunca un ávido lector, decidí dar oportunidad a las imágenes que me alegraban el día. Una cosa llevó a otra y en poco tiempo me vi visitando diario (periódicamente, aproximadamente cada 30 min) más de 5 páginas con una frecuencia horrorosa.

El contacto humano más usual se volvió virtual y poco a poco el grosor del caparazón que me rodeaba se incrementó.

Varios eventos me dieron a entender qué necesitaría para poder mejorar en ese aspecto. El día que más recuerdo fue uno en el que después de salir de casa no intercambié palabras con nadie hasta volver. Eso fue preocupante, al igual que hablar con amigos cercanos sin haberlos visto en meses en persona.

Así, lentamente, empecé a sacrificar más que el tiempo habitual para no perder contacto con aquellos que "se conectaban". Mi necesidad de comunicación así como de atención se dispararon a niveles insospechables.

Mantenerme en el mundo real cada día era más doloroso que el anterior. Cada minuto "desconectado" era una gran agonía, pensando en la posibilidad de que alguien importante pudiera decir algo urgente o relevante. Pura paranoia, eso nunca sucedía.

No podría asegurar cómo fue que mi adicción disminuyó en intensidad, mucho menos en cómo rayos poder eliminarla de una mente tan aprehensiva como la mía.

A ratos intento ponerme límites para respetarlos en cierto tiempo. O de plano simplemente me mantengo alejado por la cantidad de trabajo que hay debido a la estación y a la incesante cháchara de mis contactos y demás compañeros de trabajo.

Durante un largo tiempo, en espíritu hipster (antes de que estuviera de moda ser hipster), evité la totalidad de las redes sociales existentes (fotolog, metroflog, hi5 y otras). Todo hasta que, por mera soledad decidí abrir un hi5. Una necesidad imperiosa de vender mi producto en un mercado competido, me hizo llevar a las redes sociales cybernéticas todo mi perfil. El infierno de las redes sociales decidió darme una calurosa bienvenida.


Ahí nació otra adicción, la de saber más de las personas que me rodean. Una forma más socialmente aceptada de "stalking" acordada como secreto a voces. Si privacidad es lo que se desea, deben controlarse los perfiles en las redes sociales.

Entonces, el saber me mantendría frente a la computadora por horas enteras (eso sin mencionar los MMORPG). Conocí muchísima gente pero de manera increíblemente somera. Tanto, que muchos "amigos" al día de hoy no saben mi verdadero nombre.

Irónicamente, después del encapsulamiento de tantos años, una estación de radio por internet sería la encargada de retomar mi proceso terapéutico estancado y llevarlo por el buen camino de toda persona socialmente adecuada.

Establecer algunos límites arbitrarios me sirvió para alejarme un poco de mi extraña adicción.

Cuando se es adicto a la información, pocas personas son las que lo notan. ¿Acaso es necesario saber más?. Existe cierto porcentaje de la población, que prefiere mantenerse al margen y vivir con poca información. Desgraciadamente, el destino me tendría preparada una trampa. Considero que al tener una personalidad básicamente tirándole al paranoide, me veo encerrado en un extravagante ciclo. 

El paranoide teme, pero debe conocer a qué le teme. Debe conocer los factores que predominan en su sistema para acerlos suceptibles de control o de evitación. Una vez conocido eso que podría "atacarnos" o afectarnos, surgen ramificaciones que derivan en situaciones más particulares (y a veces hasta ridículas). Resumiendo, como paranoico: 

1) Temo porque no conozco
2) Busco información y conozco
3) Temo porque descubro que lo que sé es poco
4) Inicio el ciclo de nuevo


En ese ciclo me he mantenido a una "cierta velocidad" en los últimos años. Mientras más lento es ese ciclo más fácilmente puedo intentar escapar de él. Sé que una vez fuera, podré dormir tranquilo una vez más.

Deseenme suerte.

***FIN DEL COMUNICADO***