Frase célebre aleatoria

martes, febrero 05, 2013

Mai

Para todos los que quieran saber:

La muletilla -mai- fue una palabra que adopté voluntariamente, para introducir un rasgo de familiaridad a las conversaciones con personas desconocidas o bien, no cercanas. La mayoría de las personas jóvenes, tienen como muletilla la palabra "wey" o similares, que en otras conversaciones con personas distintas en situaciones diversas, pudieran parecer ofensivas. 

Según mi experiencia, dicha muletilla, para los que cojean del lenguaje, sirve para reafirmar el lazo de igualdad que hay entre los interlocutores "tú eres wey, yo soy wey, somos iguales". Sin embargo, por el aspecto ofensivo que oculta dicha palabra, decidí ocupar otra, además que considero que nadie es igual a otra persona, mas no por eso alguien es más que otra.

Así como para rellenar espacios en una conversación en los que, de otra manera, debido a la entonación, no podría identificarse como el final de una oración.

A la vez, el "mai", da un toque de frescura a la conversación, quitando la rigidez y el encuadramiento, la sequedad emocional que, por las deficiencias psicosociales que padezco, no puedo evitar al conversar con una persona con la que aún no he generado alguna clase de familiaridad.

"Mai", viene de "maistro", degradación popular del vocablo "maestro", que de la RAE: "Persona que enseña una ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo". 

Cuando entré al mundo de los eventos, la radio y cosas así, me vi ante la horrible necesidad de superar mis deficiencias en inteligencia social, que, cuando para todos es algo que se desarrolla a lo largo de años y años, en mi caso nunca lo hizo adecuadamente, por ende, tengo que emular todas las interacciones hasta aprender a lidiar con ellas de manera automática, lo que ustedes conocerán como "inteligencia social".

El agorafóbico que arma eventos sociales. Oh, la ironía.

Entonces, necesitaba una palabra corta, práctica y que además fuera con mi filosofía. Todos aquellos a los que no conocía y que tendría que conocer para llevar a cabo las funciones propias de un Director de una estación de Radio y organizador de eventos, se convertirían sin saberlo, en la gente que me enseñaría lentamente las interacciones sociales consideradas como "normales".

Debido a la filosofía que manejo, encuentro a todos los seres y fenómenos interesantes, pues la gran mayoría tienen muchísimas cosas que enseñar para los que están dispuestos a aprender. El budismo me mostró, que un verdadero maestro nunca deja de ser alumno y como tal, nunca dejaría de aprender. Entonces, he ahí que todos son maestros de aquél que desea ser alumno.

Ahora bien, dentro de las relaciones sociales, existe una batalla subyacente de egos, en la que en ocasiones, el interlocutor puede sentirse ofendido, sobrepasado o en un nivel inferior según la riqueza del lenguaje de la otra persona. No diré que soy alguien en extremo culto, mucho menos propio, ni se diga elegante. Pero escribo y me comunico en distintos momentos de distintas formas y con una entonación variada, algo que desde que tengo uso de razón me ha llevado a ser malentendido por mis congéneres que, al no padecer la misma discapacidad intelectual (porque lo es) tienden a tacharme de creído, vulgar, infantil o similares.

Es por eso, que decidí manejar la palabra -mai-.