La noticia que leí hoy en mi periódico local no me impactó en lo más mínimo. Un joven de Ocoyoacac (municipio del Estado de México) intentó por tercera vez quitarse la vida. Es bastante obvio que las dos primeras veces no lo consiguió.
Me imaginé entonces el cuerpo del sujeto en cuestión jugueteando a ser péndulo colgando de un árbol, en medio de ese abultado bosque que decidió tener como último horizonte.
Tal vez mi percepción del suicidio se ve alterada por mi constante afición a la depresión, o por mi extravagante juicio, por lo que me aboqué a cuestionar a los contactos de facebook sus opiniones sobre el suicidio.
A los agentes secretos en las películas (y a algunos en la vida real) les otorgan en su arsenal, una pequeña pastilla de cianuro, por si las cosas se ponen "feas". Dicen que es indolora y rápida. También he sabido de algunos que optan por la opción más sangrienta y hacen un depósito de unos cuantos gramos de plomo en su masa encefálica. Morir de un disparo en la cabeza es de los eventos más sucios que he visto en mi vida. Toda esa hemoglobina bombeada fuertemente por el corazón jamás llega a las neuronas que después de jalar el gatillo se encuentran aleatoriamente esparcidas en la locación elegida por el suicida. Entonces la persona, literalmente, se convierte en una fuente de sangre, dado que el corazón sigue bombeando con la misma fuerza que lo haría después de un gran asalto de adrenalina.
Echándome un chapuzón literario en la fuente de literatura que más he visitado en mi recochina vida, la wikipedia, me he ilustrado de un sin fin de situaciones suicidiológicas en las que, si bien no era ajeno, no estaba tan completamente al tanto como me encuentro ahora.
Hay algunos suicidas de los cuales prefiero mantenerme alejado en este texto, como los kamikaze, que otorgaron sus vidas en pro de un ideal ajeno, o por honor, o por lo que ellos consideraron más valioso que la vida propia; o como los que cometieron suicidio a lo bonzo (aunque yo diría a lo sonzo, excepto por aquél budhista Thich Quang Duc que se convirtió en leyenda).
Ahora bien, el suicidio es descrito por muchos como "la puerta falsa" para salir de todos los problemas en la vida. Teóricamente si es la puerta de salida, porque acabandose la vida, se acaban los problemas intrínsecos de ésta. En general se tiene una idea despectiva de lo que es un suicida.
De los tantos y tantos métodos para suicidarse puedo decir que he sabido de los siguientes:
*Disparo en la cabeza
*Disparo en el corazón
*Inyección de soluciones de potasio
*Ahorcamiento
*Arrojarse a las vías del tren/metro
*Arrojarse a una carretera transitada
*Atarse explosivos al cuerpo y explotar
*Utilizando un vehículo y estrellándolo
*Intoxicación por sustancias nocivas
*etc.
(especialmente etc.)
¿Y todo porqué? Porque morir es fácil, la vida se mantiene gracias a un complejo equilibrio que debe procurarse para la autoconservación. Este equilibrio necesita de muchas situaciones que la mayoría de la humanidad desconoce. Es como una balanza que siempre debe tener el mismo peso en ambos platos, una piedra de más en uno de esos platos y el equilibrio se ve fastidiado en todo aspecto.
No todo suicidio es malo, debo aceptar.
A nivel celular, en un organismo complejo, las células determinan cuando es que ya no son útiles. Llegan a un estado en el que se "dan cuenta" de que están siendo ineficientes o su código genético se ha dañado o perturbado. Entonces la célula decide emprender lo que en biología se conoce como apoptosis.
Cuando una célula muere por apoptosis, empaqueta su contenido citoplasmático, lo que evita que se produzca la respuesta inflamatoria característica de la muerte accidental o necrosis. En lugar de hincharse o reventar y por lo tanto, derramar su contenido intracelular dañino enzimático, hacia el espacio extracelular-, las células en proceso de apoptosis y sus núcleos se encogen, y con frecuencia se fragmentan conformando vesículas pequeñas que contienen el material citoplasmático. De esta manera, pueden ser eficientemente englobadas vía fagocitosis y, consecuentemente, sus componentes son reutilizados por macrófagos o por células del tejido adyacente.
Si tan sólo las células neoplásicas tuvieran esa iniciativa de ya no sentirse útiles y acabar consigo mismas, el cáncer pasaría a ser una más de las pestes legendarias de la humanidad.
Lo que es arriba, también abajo.
Si eres secuestrador, homicida, violador o una completa lacra de la sociedad, espero que aceptes que la via apoptótica es la que debes seguir por el bien de la humanidad. Pero como humanos tenemos por lo menos un mínimo de deseo de supervivencia y un gran toque de egoísmo. Por eso ese tipo de gente sigue entre nosotros.
A lo que iba tomando en suicidio como inicio; si tomo una pastilla de alguna sustancia increíblemente tóxica, moriré en un instante y seré considerado suicida. Si consumo una pastilla de una sustancia menos tóxica, moriré posiblemente en un día o dos y seré considerado suicida. ¿Qué sucede si lentamente me enveneno con metanfetaminas?. Tal vez tarde 8 meses en morir, dos años o tres, pero ¿seguiría siendo considerado suicida?. He visto lo que le hace la metanfetamina a la gente, a mi parecer es digno considerarles suicidas.
"La duración del envenenamiento no cambia la pena por asesinato". Puedo pasar años agregando unas gotas de una solución de arsénico, mercurio o plomo a una persona y al final morirá. Sin embargo si alguien me descubré seguiré siendo considerado homicida. Si esa persona a la que enveneno soy yo, tras mi muerte seré considerado suicida ¿o no?.
¿Qué sucede si no es arsénico, mercurio, plomo o antimonio?. Una sustancia más o menos legal, tal vez algún medicamento, tal vez un poco de anticongelante para motores, tal vez un poco de simple y llano alcohol.
¿Qué sucede si poco a poco me voy envenenando con sustancias relativamente inocuas?. Si cada día que pasa tomo siete u ocho pastillas de naproxeno hasta asesinar mi hígado o mi tracto gastrointestinal ¿seré considerado suicida?. Si cada día bebo 3 ml de anticongelante acompañado de un dulce vino (dulce por el anticongelante) a sabiendas de que me enveneno, ¿seré considerado suicida?.
En la historia de las películas sólo han existido unas cuantas que han sido capaces de arrancar de mis diabólicos ojos unas cuantas lágrimas. Entre ellas un filme francés llamado Le huitième jour. En él se ilustra uno de los más hermosos suicidios que he visto. Un alérgico al chocolate se come una caja de chocolates y se arroja desde la azotea de un rascacielos.
Si soy alérgico a algo y me expongo deliberadamente a sabiendas de las consecuencias ¿puedo ser considerado suicida?.
Si sufro del corazón y me inyecto adrenalina, ¿soy suicida?.
Ni la sustancia ni el tiempo de exposición definen a un no suicida. Respirar en la ciudad nos hace suicidas, no hacerlo también nos haría suicidas pero más pronto. Entonces, todos somos suicidas en potencia o en plena ejecución. Lo que nos distingue de unos a otros es la conciencia de lo que hacemos y la velocidad con la que asesinamos nuestros cuerpos y/o mentes, porque de la mente también se puede morir e intoxicar. Humo de tabaco, alcohol, drogas, pesticidas, herbicidas, solventes, hasta el oxígeno que nos da vida también es el que nos oxida y nos la arrebata. Lo que nos distingue es la tardanza de nuestro suicidio y la felicidad con la que lo vivimos. Si voy a envenenarme, pagar por tal cosa me parece de lo más estúpido. Por eso cuando bebo alcohol, casi siempre es gratis.
Que tengan una feliz muerte...
***FIN DEL COMUNICADO SUICIDA***