Frase célebre aleatoria

jueves, mayo 05, 2011

Mi trabajo perfecto.

A lo largo de mi miserable existencia de cientos de miles de millardos de años, he podido fungir en un sin fin de labores y oficios en los que me he desempeñado más o menos con elegancia. Sin temor a exagerar, he sido: jardinero, mesero, mecánico, hojalatero, pintor, músico, cantante, escritor, bloggero (la cosa mas pior pagada), consejero, consejero matrimonial, psicólogo barato (según mi clientela), artista de doblaje, agricultor, químico, físico, filósofo, historiador contemporáneo (me gusta el chisme), reparador de electrodomésticos, herrero, carpintero, gigoló por accidente, chofer, distribuidor de libros, laboratorista, chocolatero, instalador de autoestéreos, reparador de computadoras, médico, editor de video, tratador de residuos peligrosos, director de cine, escritor de teatro, novelista, cuentista, marionetista, director de escena, poeta, programador, asesor técnico, quejón profesional, grammar nazi, monje budhista y chamán.

Sin embargo, ansío con ansias ansiosas y ansiosamente, que pueda desempeñar mi labor en alguna empresa como Gerente del departamento de sueños guajiros e ilusiones infantiles.

Esto me vino a la mente el día de hoy, mientras expelía de mi cadáver viviente y escupidor de flemas unos cuantos compuestos innecesarios. ¿Qué trabajo he disfrutado más?. La verdad es que todos.

Un día alguien me dijo, que todo lo que se hace con amor está más allá del bien o del mal. Pues bien, he decidido que todo lo que se hace con ciencia está más allá de cualquier gusto. Porque, aunque a cierta personita le cause achaques, mi primer gran amor fué y siempre será la ciencia.

Ciencia, el saber, el conocimiento. Soy un adicto confeso al conocimiento. No discrimino, casi todo el conocimiento es bienvenido, pero es recibido de mejor gana el conocimiento de la experiencia, de la experimentación y de un desarrollo adecuado de la hipótesis.

Esto mismo, va saciando mi obscena necesidad de hallar patrones y poder predecir sucesos venideros.

Entonces, no podría elegir un trabajo perfecto. En casi todas mis actividades tiendo a revisar mis conocimientos para explicar que rayos está pasando con lo que hago. ¿Porqué se usa agua con las lijas de agua cuando se prepara una carrocería para pintar? ¿Porqué la extraña formación cristalina en una mancha de sal?. Dato curioso: cada día provoco la ignición de un poco de alcohol, para verificar su flamabilidad. Un día un sabio dijo: "no sabrás si algo es en verdad flamable si no le acercas un poco de fuego".

De ahí, a pleno medio tronco y por arte de la epifanía, encontré una máxima. La vida es un gran experimento, en el que nos toca vivir un doble papel, podemos ser objeto de estudio o estudiantes.

No tengo la capacidad de llamarme maestro, porque sigo aprendiendo. Como algún insensato me dijo una vez: "Cuando escucho o leo opiniones como las tuyas agradezco ser profesor y tener la oportunidad de abrirle la mente a las nuevas generaciones... que fascista te muestras... ¿no quieres que también le den patillas para ser feliz al vulgo como en "El mundo feliz" de Aldo Huxley? =/". No por mucho madrugar amanece más temprano diría yo, o más vulgarmente, Si el tiempo hiciera sabios, no habría viejos pendejos ni pendejos viejos.

De todo se aprende de lo que está sobre la tierra y bajo el cielo, desde el bosón de higgs hasta el cosmos y las n-dimensiones habidas. ¿Habrá algo más asombroso que lo asombroso de la 'existencia'?. No tengo una respuesta, pero cualquiera que fuere, seguramente, sería asombrosa.

Y todo esto, ¿qué tiene que ver con mi trabajo ideal?. Que en verdad mi trabajo ideal sería que obtuviera dinero por vivir la vida como la vivo, que pudiera mantener a una familia de expresar mis complejas y absurdas ideas. Ese sería mi trabajo ideal.

Por lo contrario, la mayoría de mis expresiones tienden a ofender al vulgo y a algunas personas selectas de la creme... ría de don Rafa, acá a la vuelta. Muchas expresiones me traen problemas, discusiones y debates, que algunas mentes necias se abstienen de soportar y prefieren flanquear para después emprender la retirada. ¿No es el debate una manera de enriquecer opiniones?. Soy terco, si, pero en cuanto aparezca un argumento de mayor peso racional que el mío, lo adoptaré sin dudarlo.

Ahora bien, todo esto porque una personita osó llamar mi psicología como barata. Después de discutirlo y debatirlo con mi grupo de trabajo, llegué a la conclusión de que, en efecto, mi psicología es barata. Jamás, en toda mi historia de psicochamán aficionado, he cobrado un sueldo por mi atención y consejo. Si, es psicología barata.

Puede que no tenga un título de psicólogo colgando en mi pared, ni siquiera uno de esos títulos chafas que tanto he querido imprimir para que mi pared no se sienta solita; pero sin embargo, mi psicología "barata", aunque mayormente empírica y sustentada en el clásico "prueba y error" siempre, y si, digo siempre, tomando el 100% de los casos como siempre, ha resultado satisfactoria.

Psicología barata, carpintería barata, amor barato. Soy un baratero, jamás cobro por dar un consejo, prestar atención o trabajar la madera. Mucho menos cobro por aportar un poco de cariño a quien lo necesita. Pero hasta tu comes pan fijate.

Muchos me han dicho que sería un buen psicólogo. Incluso estudiantes de psicología. Y aún así se atreven a pisotear mis conocimientos y habilidades. Sin siquiera haberlas degustado. ¿No es acaso de lo más vil, desdenar algo que no se ha intentado?. Cuando pruebes los chapulines, tostados, crujientes e increíblemente salados, podrás decir si te gustan o no. No antes.

A chingar a su madre todos los que me desprecian!!!

Culeros...

***FIN DEL COMUNICADO***