Me caga el vecino de enfrente a la derecha.

Nos volvemos a comunicar en esta tan trillada sección de me caga.

Aunque la mayoría de los segmentos de la ya mencionada sección son temas que considero de interés general, hoy, expondré ante ustedes los motivos por los cuales mi vecino de enfrente a la derecha me caga.

Como bien han de saber los que aparentan estar cercanos a mi, hace poco cambié de residencia, a un espacio un poco más civilizado y con menos "chusma". En fin, cuando recién llegamos a lo que ahora denomino "el quinto infierno", poca gente tenía la osadía de habitar en las cercanías de mi reino. Esa poca gente, hasta donde me corresponde averiguar, era agradable, ya que no me hablaban ni yo a ellos y llevábamos la fiesta en paz. En la calle (que pronto será privada) se respiraba un aire de paz semejante al que ya no se encuentra en los bulliciosos centros urbanos de este nuestro cochino país.

Todo hiba bien, el único posible alterante de tal gigantezca paz, era un vecino que posee un camión de transporte urbano, como en el que todo mundo se ha subido alguna vez para ir a algún sitio lejano o por mera hueva. Y es que dicho fulano, para llevar el pan a su mesa tiene que levantarse a las pinches 3 o 4 de la madrugada (es cierto) a calentar motores (en realidad uno, pero me gusta exagerar), creo que por aquello de la eficiencia de combustión del diesel. Pero sin embargo, a esa hora (casi siempre) me encuentro en un estado mental parecido al coma, entre sueño profundo y muerte cerebral que a menudo me garantiza un buen descanso, de manera que no tengo la oportunidad de oir el rugir del motor de dicho autobús. Ese no es el vecino que me caga.

El vecino que realmente me caga, vive a escasas dos o tres chozas a la derecha de la que está exactamente frente a la mía, y realmente ese sujeto tiene algo que a muchos de ustedes también le cagaría.

Como bien han de saber ustedes lectores, me dedico al estudio del fino arte de la ingeniería química, que como cualquier otra carrera u ocupación consume horas y horas del día a día, con lo cual mi sueño (delicado tema por cierto) no es satisfactorio los días de lunes a viernes, pero, gracias a alguna deidad que desconozco, a alguien se le ocurrió implantar sábadabas y domingos, los cuales acostumbro dormir hasta que ya no pueda más, para reponer horas de sueño perdidas en tareas y programas noticiosos.

El punto es, que uno de esos días que considero sagrados, estaba yo, por allá del decimoquinto sueño, cuando depronto, alcancé a escuchar el estrepitoso sonido de un pitero motor de una carcacha de los años en los que el caldo era la novedad. Más, el pendejo ese no conforme con haber sacudido el polvo que ya para entonces cubría mi monstruosa habitación con el rugir (berrear) de su motorcillo de mierda, tuvo la osadía, el valor cojonero de poner canciones duranguenses a todo fuckin volumen.

Fué tal mi ira, que tuve que deshacerme de ese fuerte "link" que ya poseía con un estado cuasinirvanesco de conciencia, tan sólo para levantarme, abrir los ojos (cafeses y lagañosos) por los que me caracterizo para tan sólo lanzar maldiciones y majaderías hacia tal infame ser.

Así es, ése sujeto tan mierdesco, tuvo la osadía de interrumpir mi sesión restauradora para tan sólo presumir que tiene una pinche carcacha con un sistema de sonido algo ruidoso.

Poco tiempo después (unas cuantas eras geológicas) el desgraciado por fin comprendió que estaba en un error (o le dieron ganas de ir a cagar, no sé) y apagó su chingadera esa y se fué sabrá Dios a donde. Retomando el tema de la anterior junta de neuróticos anónimos a la cual no asistí, recordé que tenía que hallar la calma antes de salir con arma en mano dispuesto a sustituirle al cabrón este unas cuantas neuronas por gramitos de plomo.

Mi día avanzó como cualquier otro sábado, luego llego el domingo, día en el que tal desafortunado evento tuvo lugar de nuevo, al igual que cada fuckin fin de semana desde entonces. Y al parecer, seguirá pasando hasta que alguien se harte de ese cabrón (posiblemente yo) y lo haga estrenar su traje de madera.

Y por eso y mucho más me caga el vecino de enfrente a la derecha.

***FIN DEL COMUNICADO***