Se acabaron las vacaciones...

Pues sí, me tomé unas ligeras vacaciones de esta ardua labor que es el blogging, casi casi el macroblogging. Como podrán haber notado si es que han seguido el blog (si claro, eso que se los crea su abuela), removí el apartado de tuiter, ya que eso del microblogging no se me dá. Simplemente mis pensamientos no son tan cortos.

Ahora, regresando a lo de las vacaciones, me dí cuenta de muchas cosas.

Aparentemente no hice nada, pero realmente me dediqué a recuperar unas cuantas pasiones algo oxidadas por el ajetreo de la cotidianeidad que me había azotado.

Así pues, retomé mi sendero de jugador de videojuegos, específicamente en la ruta del First Person Shooter, que fué marcada en mi adolescencia por practicar con ediciones de Goldeneye 007 y Perfect Dark.


No es que no haya intentado ampliar el horizonte con más FPS, ni que no haya intentado lo mismo en otras consolas, como el PS-One, sin embargo, ningún otro juego (para mi gusto) tiene lo que aquellos habían mostrado en mi desarrollo juvenil.


No es por parecer exagerado, ni maniático ni nada de eso, pero en mis buenos tiempos de gamer, llegué a gastar poco más de 8 horas diarias pegado al N64 disparándole a simulantes, ya fuera en misión o en multijugador.


¿Pruebas de mi adicción?, Aún conservo mi cartucho original de Perfect Dark con el circuito de memoria quemado. Literalmente, jugué tanto eso, que se quemó.


Entonces, llegó a mi computadora por manos de el autor de "La página de Ivan" una serie de juegos en DVD para amenizar la larga espera de regreso a clases. Y digo larga espera, porque cuando la pareja se va a otro estado por cuestiones familiares, la espera se vuelve semi-interminable, es por eso que decidí revivir al gamer que llevaba en hibernación unos cuantos años.


El primer juego que instalé fue Half Life 2, que había estado evitándome por las capacidades de mi antigua computadora; sin embargo, ahora que había dado un paso más adelante en cuanto a la escala de poder computativo (o computante), podría hacer correr con facilidad dicha entidad juegológica.


Tal fué mi renacer gamer que acabé terminando el juego en aproximadamente 3 días, jugando alrededor de 10-12 horas diarias. Obviamente dicha proesa de la ñoñería y soledad, no pudo haber sido completada en un horario corrido, en esas 10-12 horas incluyo las breves pausas que tomaba para desintoxicarme o preguntar cuando alguna respuesta se mantenía oculta.


Terminó el HL2 y mi vida gamer perdía sentido, sin embargo recurrí al segundo juego en mi Game Pack proporcionado por el sujeto antes mencionado. Dicho videojuego, posee el nombre de F.E.A.R.


Este es uno de los mejores videojuegos que he tenido la oportunidad de jugar en su totalidad. Además de que la temática es en exceso sorprendentemente buena, por decirlo de manera que se entienda, es el más mejor de los mejores juegos de terror (sin incluir zombies o Resident Evil).


La adrenalina aumenta cuando no sabes que va a pasar o de que rayos se trata el juego y todo es mejor aún cuando lo juegas a las 5 de la mañana por que Half Life 2 torció completamente tu horario de sueño.


En fin, me duro poco el susto y el gusto, porque al igual que Half Life 2, pasó frente a mí en menos de 3 días.

Sin embargo, todavía quedaba un videojuego en mi lista, un videojuego al cual le venía haciendo el feo desde el principio, dada mi fascinación por los FPS y no por los juegos de aventura.

Este videojuego se titula: Legacy of Kain: Defiance. A éste si le dediqué un poco menos de tiempo por día, pero más días, ya que presenta ciertas dificultades a la hora de enfrentar algunos desafíos para los noobs como yo. El punto es de que terminé pasándolo a duras penas.


3 videojuegos en menos de 4 semanas. Eso es no tener nada que hacer más que revivir los buenos tiempos.


Tal vez en otro post les cuente otros progresos que tuve en otras áreas del autoconocimiento o desarrollo intelecto-emocional. Tal vez les cuente de aquella vez en la que $150 me pusieron nervioso a pesar de mis 40 amigos, o tal vez cuente de mis recientes aventuras de cinéfilo. Pero en fin, eso es sólo un tal vez...


Descanse en paz, mi cartucho de Perfect Dark, nos veremos en el paraíso...
EMB.