Tribus urbanas, ¿recuerdan el post?

Hace tiempo, en la época en la que este blog comenzaba a llenar su cadavérico cuerpo con algo más letroso que las imágenes editadas y videos de vivencias de mi no muy malgastada vida; comencé a escribir sobre las circunstancias y cosas que me generaban un sentimiento de repudio, en la famosísima y casi extinta sección "Me caga".

Pues bien, hoy durante la sesión de tintorería de mi peluchosa cobertura azul, me dispuse a cabilar sobre aquél post de hace tanto tiempo.

En aquél entonces inicié dicho post titulado "Me cagan las tribus urbanas" con una escueta descripción de lo que me consideraba en aquél entonces. Hoy soy diferente (aunque parezca exactamente casi lo mismo).

Aquél 17 de septiembre del 2008, hace año y medio aproximadamente, narré lo que era una tribu y cómo era que las despreciaba y detestaba.

Hoy en día me siento un poco diferente respecto a estos cúmulos de gente, ya que me he dado el tiempo necesario de observarlo y mejor aún, de analizarlos como individuos.

Después de que mi "despertar" analítico tuviera lugar por allá de mil novecientos tijiri dos, puedo ver lo errado que podía interpretarse mi pensar.

Debo admitir que en ocasiones suelo utilizar algo de lenguaje coloquial y hasta vulgar en tratados psicológicos o filosóficos para hacerlos un poco más llamativos y/o entendibles a la vulgata por así decirlo. Hoy en día ya no tengo esta necesidad, ya que no importa qué tipo de persona lea esto, ya que si llega hasta este nivel, será alguien que podrá entenderlo.

Ahora bien, estaba entrando en la etapa duchística de mi día, cuando me cuestioné el porqué de las modas, de ahí salté a los estilos, de ahí a las tribus urbanas y de ahí al redescubrimiento y reafirmación de mi marcada schizophrenos.

Estaba pensando, cómo es que el individuo adquiere un estilo particular de vestirse, un modo particular de resaltar entre todos los demás. Pero más importante e interesante que el cómo, es el porqué.

Antes de proseguir debo aclarar que las ideas expresadas a continuación narran de manera directa lo que comprendo, tanto puede como no ser cierto, el juicio final lo tendrá el lector porque yo sobreviviré al apocalipsis.

El individuo empieza con una inquietud en la adolescencia temprana, en la cual se da cuenta que carece de identidad propia, porque lo que en realidad es, ha sido forjado por su entorno, principalmente el familiar. Cuando subconcientemente nota dicha brecha entre lo que es y lo que él mismo desea ser, inicia la búsqueda de una identidad.

Ha crecido toda su vida con una carencia de identidad, un vacío en su ser que pronto ha notado, como Adán Pérez¹ cuando descubrió que estaba desnudo. El vacío es demasiado y siendo un ser relativamente pequeño de edad mental corta anda en la búsqueda de una solución a su desnudez de identidad. "La solución más fácil es la mejor" es lo que marca el instinto básico del cerebro pensante. Es entonces cuando acude a cambiar su exterior.

Cambia de "look" para resaltar, cambia de gustos musicales, cambia de ideología. Todo por la búsqueda de identidad, todo en pro del autodescubrimiento. Lo que la mente infantil en transición no nota, es que en ese momento sólo cambia de exterior, de apariencia. Es cuando Adán Pérez se da cuenta de que sólo ha cubierto su genitalia con una hoja de hiedra (que por cierto era venenosa) y ahora sufre el frío de la desnudez incompleta.

Ahí es donde surge el dolor que adolescen los adolescentes. Toda su búsqueda de identidad ha sido en vano, ha sido desperdiciada. Ahora se enfrenta a una duda que le agobiará ¿Que hacer?. Esta fase la considero decisiva, aunque en la gran mayoría de los casos se puede retornar a la duda.

Una opción es buscar ayuda, preguntar. Desgraciadamente muy pocas personas en el mundo están capacitadas para prestar una ayuda adecuada al confundido adolescente. Una ayuda que pueda servir, más allá del entendimiento psicológico, la ayuda que trata de brindarle el adulto es tratar de regresarlo a "la normalidad"1, a lo que al mismo adulto le es común. Mas esto no representa la solución del problema del adolescente, sólo es una manera en la que Adán Pérez se cubre con ramas en lugar de vestirse.

Cuando la ayuda obtenida por "adultos" o personas relativamente mayores, busca ayuda en aquellos que sufren el mismo vacío de identidad. Así, rojos con rojos, negros con negros y blancos con blancos. Es decir, el adolescente negro (sólo una manera de denominarlo, no estoy haciendo referencia al color de piel) acude con otros adolescentes negros y busca que le expliquen cómo llenar su vacío de identidad. Busca soluciones donde hay más preguntas que respuestas. Entonces se crea un grupo de apoyo, una parvada de adolescentes que tienen las mismas preguntas, las mismas dudas. Hasta donde pueden se ayudan, o tratan de hacerlo mientras todos ellos están carentes de identidad. Todos en busca de identidad van encontrando lo que no buscaban. Encuentran una ideología, un estilo musical, una moda característica, incluso hasta un modo de vida.

Depronto notan que han creado una "tribu urbana" que adoran al mismo dios, la duda, la carencia de individualidad, la búsqueda incesante de una identidad.

Elimpulso primigenio que tienen al buscar ayuda está directamente relacionado con el entorno del adolescente, así, adolescentes de familias relativamente religiosas, cuestionarán la religión en lugar de aceptarla ciegamente como sus padres. O pueden verse influenciados por conocidos, primos, hermanos, etc.

Así, se forman familias enteras de metaleros, familias de punks, familias religiosas, familias ateas, familias lectoras, etc.

Otra de las opciones frente a la encrucijada es la más extraña que se toma hoy en día. El adolescente descubre su vacío de identidad y busca dentro de sí mismo la única solución. Adquiere un mayor conocimiento sobre sí mismo y se da cuenta que el vacío de identidad que vió antes, es en realidad la pequeña semilla que tiene para desarrollar lo que en realidad buscaba, una identidad. Tiene ya las bases para aceptar lo que és, y lo que puede ser. Entonces llega al final de la búsqueda de identidad y empieza el camino del autodescubrimiento.

Como se puede ver, la búsqueda de identidad nace de una opresión increíble por parte del entorno. "Let it be" dicen los beatles, yo digo "let everything be". De esta manera, sin ninguna clase de opresión, el adolescente nunca verá el vacío de identidad, no lo sentirá. Así, un adolescente sabe que no hay nada que buscar, sólo una vida que vivir.

Ahora bien, el miembro de una "tribu urbana" se caracteríza por que la búsqueda de identidad ha quedado estancada y se busca a sí mismo fuera de sí. Se busca en la música, se busca en el entorno. Se busca en peinados extravagantes y pantalones extraños. Desde un punto de vista psicológico, en la vestimenta y actitud se nota con bastante claridad que por alguna razón, se busca la atención de la sociedad. Como un grito desesperado que retumba en los ojos de los que pueden ver más allá que dice "no sé quién soy". Un intento limitado de explicar esto es adjudicar todo ese problema a la atención de los padres. "Sus padres no les ponen atención, por eso intentan llamar la atención de todos los demás para saciar la sed de atención que les ha agobiado durante tanto tiempo". Hasta cierto punto puede que sea cierto eso, pero no en la gran mayoría.

Termina la adolescencia y la mayoría de las tribus urbanas muere para todos los "adultos". ¿Entonces porqué hay ancianos que permanecen atados a la tribu urbana?. La gente "madura" que ha adquirido esa modalidad de tribu urbana, es posiblemente aquél agraciado que le fué concedido el milagro de adquirir una identidad dentro de una tribu urbana. Así surgen los "gurús" o maestros de una u otra tribu urbana. Un elegido, un semimesías de cada tribu es elegido de vez en cuando para representar y llevar más allá los ideales que la tribu representa, o quiere representar. Todos aquellos catalogados aquí como "semimesiánicos" son aquellos que han tomado a la identidad de la tribu y se han fundido con ella, por fin la han encontrado. Por fin sacian ese vacío.

Todos los demás, son gente que sólo abandonará la tribu urbana cuando se vuelva "normal" o su búsqueda llegue al final. Es decir, para el normal² el autodescubrimiento ya no le es una necesidad, aprendió a vivir sin saber quién es, aprendió que la búsqueda es inútil y que las tribus urbanas son una ridiculez (no afirmo ni desmiento esto). El otro posible desenlace de aquél que entra en una tirbu urbana, es que por fin encuentre su identidad fuera de ésta misma. Es decirque por fin se vea a sí mismo como lo que es y no por una moda o un ideal ajeno.

La capacidad de discrepar ante cualquier cosa, o dudar de todo aquello cuanto nos digan que es absoluto (que no sea ciencia claro), como los ideales religiosos o políticos es lo que realmente va forjando una identidad.

¹ Adán, el primer ser humano de la creación según la biblia, tenía por apellido Pérez. Cuando Dios supo que Adán había comido del árbol del conocimiento del bien y del mal, con ira apuntó su dedo hacia Adán y le dijo: "Perez serás". Palabras sabias de mi Tía Ana.

² Cuando me refiero a la "normalidad" o lo "normal", hago referencia al promedio de la gente, mas no a lo que considero correcto o adecuado.

***FIN DEL COMUNICADO***