Frase célebre aleatoria

lunes, junio 28, 2010

Me caga ir al cine...

Pues bien, después de mi último y deprimente post de letritas, presioné el botón rojo que decía "turbo" en mi maquinaria cerebral con el fin de llegar a encontrar algún dato que me pudiera dar la pauta para iniciar un nuevo post. Pues bien, el galardón va para la sección de Me caga, porque, si no leyeron el título de este post, me caga ir al cine.

Hoy trataré de ser un poco más nice o educado (léase menos majadero) para hacer una descripción rigurosa de lo que me hace detestar las salas de cinematografía.

Enunciaré pues, a continuación una lista de unos cuantos detalles que hacen que siga prefiriendo la opción sencilla y más económicamente viable de admirar un film.

Primero, he de hacer notar que los costos de las salas de cine en este mi requetecochino cumpleañero país, en la mayoría de los casos, es exorbitante. Aunque en algunas salas se permite el ingreso por la módica cantidad de 30 pesitos, algo así como 2 dólares con unos cuantos centavos de dólar. Hasta ahí, todo parece razonable, pagar 30 pesos por persona para ver una película.

Ahí es donde comienza lo extravagante en los costos. Sabemos pues, que uno de los atractivos de las salas de cinematografía a nivel mundial, es la botana que ofrecen, siendo las palomitas de maíz (popcorn) las mayormente vendidas, pero además se comercia con hot dogs, nachos, refrescos, helados y demás dulces y botanitas.

Por un combo consistente en un par de refrescos, de aproximadamente un litro cada uno, unas palomitas grandes, equivalentes a un paquete y medio de ActII para microondas, un hot dog y unos nachos, se llega a pagar la suma de $140. Hagamos cuentas...


2L de refresco : 10 pesos
2 Paquetes de ActII: 15 pesos
1 Hot dog: 15 pesos
1 Orden de nachos: 20 pesos

Total= 60 pesos.

Ahí el primer punto en contra de acudir a una sala de cine.

Segundo, podría pagar la cantidad de 60 pesos cómodamente para ver una buena película con una excelente calidad tanto en audio como en video en una buena sala de cine, lamentablemente, la calidad de la imagen en esas gigantescas pantallas no supera la de un DVD, incluso me atrevería a decir, que en muchas ocasiones la calidad de video y de audio no supera la de un video en VHS. Primer punto: precio; Segundo punto: calidad.


No es que tenga una visión sobrenatural que me permita ver hasta el último detalle en la imagen proyectada, pero mi cerebro es capaz de percibir las rayas negras y el constante movimiento de la película de un lado a otro mientras motas de polvo quedan atrapadas en la cinta para hacer más miserable la estadía de las futuras audiencias que vean ese mismo rollo de película. Tampoco es que tenga un oído mucho más poderoso que el de un canino o un felino, o incluso un murciélago, pero espero que entiendan, que un volumen alto, no es sinónimo de calidad, así como no lo es un exagerado ajuste de graves que sólo perturban la escencia sonora de la proyección.


Tercer punto, odio a la gente. En sí, sólo detesto la muchedumbre, la acumulación de gentuza compuesta por más de 20 individuos escasamente organizados. Aunado a mi fobia casi palpable, siempre existe ese sujeto que molesta empujando el aciento, o que posee una risa perturbadora o alguna de esas extrañas situaciones que cuando no le acontecen a uno mismo, rayan en la hilariedad.


Sé que hasta ahora he demostrado los puntos en contra, pero también tiene puntos a favor, como el tamaño de la pantalla, el ambiente, la ausencia casi en su totalidad de otras fuentes de luz, aprovechar la obscuridad cuando uno va acompañado, etc.

Aquí va mi contragolpe...

Si bien han leído este blog desde hace más de 5 ayeres, podrán haber notado que tengo cierta preferencia y favoritismo hacia la piratería de calidad que a los productos originales. Esto es aplicable a la rama de la cinematografía ya que prefiero gastar 25 pesos (aproximadamente 2 dólares) en comprar un DVD que sea una copia fiel y digna de un original. Y con una copia fiel y digna me refiero a un DVD que posea exactamente las mismas características de audio, video y subtítulos que el DVD original.


A mi modo de ver, adquirir un DVD, ya sea original o pirata, supera por mucho la calidad que ofrece la mayoría de los cines en el área por la que me dedico a habitar, pero prefiero un DVD pirata, porque sé que todo ese dinero que estoy pagando por piratería, se va a los bolsillos de gente mexicana que se mata todos los días para conseguir buenas películas, buenos clones de DVD a un precio asequible.


En el momento de elegir, suelo escoger entre la privacidad de una casa, con un aparato reproductor de DVD y una buena pantalla, que ir a una sala de cine. También ayuda un poco mi verminofobia.

***FIN DEL COMUNICADO PELICULEANTE***

Ahora que si quiero ver películas de las cuales dudo en la calidad misma de la trama y/o efectos, en lugar de ir a comprarla o al cine, busco en la interweb para poder verlas, como en peliculasyonkis.com (copien y peguen, no pondré link).

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