Frase célebre aleatoria

domingo, julio 18, 2010

La verdad debe ser dicha...

Sé que es un poco tarde para estar escribiendo la entrada de la semana pasada, tenía un buen tópico (o al menos eso parecía), ahora sólo tengo un dolor de cabeza. Es de esos dolores de cabeza causados por la acumulación de mucosidad en las cavidades frontales superiores de la cara, conocidos como senos paranasales o algo así. Por el momento solo espero que Don Ibuprofeno haga lo que tenga que hacer en donde lo tiene que hacer para que por fin y de una vez por todas el dolor cese.

El objetivo de esto, es narrarles de mi última expedición a la ciudad perdida del dios Tolo, (que se hace tonto solo) o como le conocen más, la pedorrezca ciudad de Toluca.

Dicen los que saben y los que no saben no dejan decir, que la mayor parte de la contaminación atmosférica vehicular se acumula dulcemente en las grandes ubres urbes del mundo, por eso intento evitarlas a toda costa.

De vez en vez, hasta me siento culpable de tener que acudir a una ajetreada y mugrosa ciudad con el simple y llano objetivo de satisfacer mis necesidades de materia prima que de otro modo me sería imposible encontrar. El simple hecho de saber toda la porquería que se abre camino hacia la terminal alveolar de mis hermosísimos pulmones, corroe lo poco que me queda de calma y tranquilidad. Cada respiro me sabe a cáncer, me sabe a enfisema pulmonar.

Ahora bien, dejando de lado las apestosidades citadinas obvias, el día de mi visita (viernes), presencié un extraño fenómeno que realmente me alteró. Vendedores de elotes por todas partes, separados en el mejor de los casos veinte metros uno de otro y en el peor de los casos, por la risible distancia de un metro.

Para mi desgracia, mi caja de música perdió la habilidad de susurrarme al oído, de tal manera que no podía caminar sin escuchar el grito de guerra que anunciaban estos comerciantes: "Elotes, elotes, eloteeeeeeeeees...".

Mayor fue mi sorpresa cuando, en un vagar entre las calles de esta ciudad, encontré una especie de comercio de animales exóticos. Me pareció ver un lindo gatito perico, de esos que parlan más incoherentemente que yo después de no haber dormido y estando ebrio. De hecho no ví solo uno, sino un par, siendo ofrecidos por un par de vendedores callejeros, con precios de 2100 y 1400 a pagos chiquitos. El hecho es... este.

(Dios, esperé tanto tiempo para hacer ese chiste, que hasta me siento patético.)

Por cierto, ahora vendo llaveros de nudos puño de mono y de nudo turco, sólo lo mencionaba.

***FIN DEL COMUNICADO***



Como que el ibuprofeno le está haciendo al cuento o se quedó platicando con mi páncreas sobre los chismes triposos que se burbujean mis intestinos. En fin, espero que el efecto llegue pronto...

1 comentario:

Anónimo dijo...

-____________-"


"El axolote"