Me cagan los cibercafés

Saben, durante mi hedionda estancia en la secundaria,la mayoría de los maestros que se atrevían a dejar tarea, narraban sus historias de juventud incluyendo seres que ya no caminan sobre la tierra y que de tales entes sólo quedan algunos huesecillos que podemos apreciar en los museos de historia natural. Ahora, gracias a esa gran gran gran diferencia de edades, pocos tenían la osadía de dejar tarea hecha a computadora ya que muchos de ellos la consideraban obra del mismisimo satanás o alguna versión mutante del cincel con el martillo y la ventana de sus cuevas.

Gracias a eso, tuve poco contacto con los cibercafés en sus inicios, dado que no tenía la capacidad de comprar una PC propia. Después en mis buenos tiempos de alcoholesencia a lo largo de mi educación media superior (malditos sean los que digan la palabra prohibida), tuve la oportunidad de adquirir una PC y poco tiempo después enchufarle el cablecillo por donde me llegaba la señal de mi ventana al mundo real: el interné.

Pero debido a mi reciente expedición al quinto de los infiernos, he perdido tal lujo, y ahora me limito a subir y bajar información a través de computadoras públicas como en el centro de cómputo del tec o del Cíber hubicado por mi lujosa mansión (léase Cueva 33).Y ahí se engendró el odio que ahora poseo en contra de tales establecimientos.

Saben, los que tienen un buen servicio de interné y una computadora decente, lo cómodo que es hacer todo lo que necesites sin la necesidad de salir de tu casa. Pero haaa como me cagan los cibercafés.

Primero, no mamen, ¿porqué cibercafés?, porque en la mayoría de ellos ni café venden, de hecho creo que prohíben el consumo de alimentos en gran parte de ese tipo de establecimientos, mínimo, ni siquiera están pintados de café. Otros, sólo ponen como su giro: "Internet", pues que, ¿es nomás un pinche lugar donde tienes que llevar arrastrando tu PC de escritorio (para los que no tenemos lap porque tomamos un voto de pobreza al nacer) y te conectas bien valemadres? No mamen.

Segundo, ignorando lo del nombre, llegas al pinche cibercafé y si tienes suerte, hay una máquna vacía al lado del clásico chamaco cagón odioso que se la pasa haciendo pendejez y media en la compu. Si tienes suerte, la silla en que te sientas (si es que alcanzas silla) está algo tibia gracias al pedorreo del culero que decidió heredártela. Si bien tu necesidad de conectarte a internet es más poderosa que las náuseas, tomas asiento y tratas de conectarte a la red, sólo para descubrir que la pendejada a la que está conectada tu máquina está conectada a otras 30 pinches máquinas y que tu velocidad sólo alcanza para que te salga la ventanita de "Error". Como me cagan los cibercafés. Por fin logras conectarte y ya que empiezas a ver tus correos ¡Te das cuenta que la mayoría de ellos son basura, cadenas y spam!.Para ese entonces (en mi caso) si no me ha dado un ataque de ira, una embolia, un pinche estallamiento de vísceras o mínimo un tic en el ojo, trato de borrar toda la mierda de la que se ha llenado mi correo. Ya limpio mi correo, trato de leer el correo que parece más o menos interesante, y no falta el chamaco mojón metiche que hace como que se está haciendo pendejo, pero nomás está checando mi correo con su pinche ojo de camaleón (como en el comercial de axe).

Y ya que por fin se pudiera decir terminado el trabajo que he ido a hacer, hay que avisarle al vigía de la impresora (el manager del ciber) que va a imprimir, y ahi tienes al pendejo este lellendo las pendejadas que llamas "reporte de practicas". Pinches. Lo peor de todo, es que te cobran los pinches lingotes de oro, por un mierdoso servicio, un internet más soso que ver crecer las piedras y unas máquinas que son tan lentas que preferirías haber armado tu propia computadora con la máquina de escribir, una caja de huevo, un horno de microondas y un frutsi congelado.

Por eso y más, me cagan los cibercafés.