El día mas funkie de mi horrenda vida

Contrario a lo que pudiese imaginar, este día empezó como terminó, con funk.
Estaba yo, por aquello de las pinchis 3 de la mañana, cuando me disponía a pegar el ojo por así decirlo, porque tenia examen de balance a la 1. Estaba yo descanzando apaciguadamente, cuando , por razones que desconozco, me desperte a las 6. 3 fuckin horas de sueño para un dia que pintaba para ser mierdoso como pocos.

Al ver que el sueño, se deslizaba por la alcantarilla de donde habia salido, me dediqué por completo a la busqueda de la expansión de mis horizontes musicales, dando así con lo que haría de este día, brillante y lúcido, como pocos.

Primero, saboreando las desgarradoras tonalidades del soul a cargo del maestrisimo James Brown, I feel good, parecía la elección a tomar, pero dedique mas tiempo a sus demas rolas. Cual fue mi sorpresa al dar con el exbajista de James Brown, un negro cagado que se hace llamar Dr Funkenstein.

Baje una, dos, tres y demas rolas, sin siquiera oirlas, bajo la busqueda en Ares de George Clinton & Parliament funkadelic.

Cual fue la sorpresa que se llevaron estos dor hermosos ojos lagañosos, cuando notaron que el funk de este negro cagado, había iluminado mi monstruoso rostro con una sonrisa y unas ganas de funkear casi apocalipticas.

Me meti a bañar, el reloj arañaba ya las 9:30, mis ojeras, se habían hecho más profundas que de costumbre y el momento de euforia anterior a un sueño aplastante se dignaba a comenzar.

Despues de un rato, decidi escuchar todas las rolas que habia bajado, rolas mas cagadas jamás habia escuchado, mas sin embargo, el camino estaba claro, hoy sería un día funkie.

Cargadas las rolas en mi memoria, me dispuse ir al centro de estudios que frecuento con regularidad pasmosa. En el camino, que me toma cerca de una hora para recorrer, tuve tiempo para pensar y meditar acerca de mi nueva afición: el funk.

Habia llegado la hora de enfrentar el primero de los obstaculos planeados para el día, la bibliotecaria.

Y resulta, que por angas o mangas, la ñora esta me quiere obligar a pagar un libro que yo ni siquiera conozco, y por desgracia, mi puño agitandose y mi mirada malvada no fueron suficientes para intimidarla, en fin, otro día será.

Después de aquella batalla de miradas e improperios entre los hominidos de la biblioteca y yo, me quedo un rato libre antes de mi segundo obstaculo del día, mi examen.

Así, que (cosa rara en mi) me puse a leer mi pequeño librito favorito, las aventuras de Sun Wu.

Pasaron los minutos y llego la hora de mi tremendo examen, el cual, sin pena ni gloria espero poder pasar. En fin, salí del examen y tuve la oportunidad de intercambiar opiniones con otros subzombies como yo, pero se hacercaba la hora de partir.

Como el unico que compartia mi idea malvada de largarme de ahi en ese momento era Daniel, decidi invitarle a comer. Para esto el pendejo ese que nos atendió, intentó cobrarme 16 pesos de mas, pero, con argucias matemáticas y ayuda de complejos cálculos aritméticos, lo convenci de su error.

Paso el tiempo y de pronto, así de la nada, ya estaba trepado en el camión que me llevaría de retorno a mi hogar.

Cual fue mi sorpresa al ver que muchos asientos se encontraban ya ocupados, y yo, insulso, decidí sentarme junto a un Don, que parecía intelectual leyendo una pequeña revista.

Al tratar de ver un anuncio espectacular, de reojo vi, que la máscara de intelectual, era solo una pantalla, estaba leyendo una revista porno. Era un don, de edad no muy avanzada, pelo entrecano y flaco como perro de crucero. Se encogía cual rata de biblioteca para intentar proteger la poca privacidad que otorga un asiento de camión.

En repetidas veces intente cambiar de lugar, sin éxito, hasta que por fin, una señora tuvo el descaro de subirse al camión, y sin perder la oportunidad de aparentar caballerosidad, le cedí el asiento junto al lector de pornografía.

Y así pues, pase un rato sosteniendo lo que me quedaba de lucidez, cuando de repente, sin decir agua va, una chava me pateó. Hasta ahora, sigo sin entender porqué, pero lo importante es que se disculpó. poco después me enteraría de que dicha chava (y su amiga) residen en la misma colonia que yo, maldita sea, ahora tal vez me busque para patearme de nuevo.

Y así, sin chiste, sin pena ni gloria, pero con funk en el corazón, terminó mi día.

(y eso porque no mencione la cena familiar a la que fui despues en la que un tipo que ni conozco pretendió ser de la familia, pero en fin)

Y ni se molesten en comentar lo aguado del post, realmente lo c y es lo mejor que pude escribir con medio cerebro apagado y la otra mitad en coma.